Usted no podría jamás quitarse de encima el amor. Nosotros venimos de allá, del enlace, nacemos acordonados como
los alpinistas, amarrados a un vientre, un alma, las tripas, una voz, nosotros venimos de a dos, nosotros morimos solos, esa es una certeza, y para nacer es necesario pasar por un desgarramiento del que no tenemos idea. Si es de este amor del que usted habla, no hay nada que hacer, está en sus pulmones, su cerebro, en lo más mínimo de sus gestos, le preexiste a usted y sin socorro alguno de ningún dios él está enraizado en usted como la marca del primer enlace, Y también si su madre la hubiera rechazado, abandonado, odiado, lo que yo llamo acá 'amor' es la posibilidad de un soplido que hizo de usted un ser viviente antes, vivo y esperanzado.
Fragmento tomado del libro En caso de amor. Psicopatología de la vida amorosa, de la filósofa y psicoanalista francesa Anne Dufourmantelle (1964-2017). No es textual, modifiqué levemente para poder articular algunas sensaciones en este otro texto que no es más que una lectura.
Este recorte que les comparto me gusta mucho. Admiro cómo resolvió en tan pocas líneas preguntas tan difíciles. ¿De dónde venimos? Propongo que es la pregunta que se intenta responder.
¿De qué estamos hechos? ¿Con qué cuenta el sujeto en caso de rechazo, de abandono, de odio? ¿Dónde ubicarse cuando las cosas no andan tan bien?
Esta primera pregunta ¿De dónde venimos? se le presenta a los niños desde temprano, una curiosidad a ratos perturbadora, lo mismo que una tripa hambrienta. Anne nos responde, nos cuenta que venimos del enlace, venimos de a dos. Que alguna vez estuvimos amarrados a algo, a un vientre. Que venimos acordonados. Y que para nacer hace falta un desgarramiento.
"Usted no podría jamás quitarse de encima el amor" nos propone y no creo que nos hable del amor como nos han contado, así en su forma correcta, apasionada, sacrificada. Al aparecer nos habla de la vida como soplido, como aire, como sustancia en movimiento. Y que esa forma de amor se materializa en los órganos del cuerpo y que eso vivo es lo viviente. Lo viviente porque le está posibilitada la experiencia, entrañando un sentido. Entonces no sólo cuerpo, es mente (psique).
Y ahora me pregunto si a la consulta de psicoterapia se va así, enredados. A la búsqueda de una compañía. Y de una ayuda que permita comprender lo que está allí amarrando al sufriente y que además una voluntad (rara voluntad) lo mantiene a pesar de sí mismo, aferrado. Materia humana viva, allí enlazada, buscando un desgarro que duela poco y del que se pueda nacer y crecer.
"Si es de este amor del que usted habla, no hay nada que hacer (...) le preexiste a usted"
No se lo pierda.
Fotografía de Leslie Vecray - Family Storyteller
En IG @billygoatphotographyaustralia
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