Hacerse lugar. Poder darse un lugar ¿Tendrá acaso que ver con la experiencia del poder? Esta fotografía suscita diversos pensamientos en cuanto a las relaciones y la tecnología, particularmente me interesó la presencia de dos cuerpos que se juntan no en dos cabezas sino en una. Entonces, si son dos cuerpos y una cabeza ¿son dos lugares? El poder, cuando el término nos encuentra y lo tomamos para comprender una situación referida al control o a las renuncias, suele asociarse al ejercicio de uno sobre otro. A la cancelación, reducción, de un sujeto por otro. A veces porque las condiciones lo favorecen, a veces porque se incidió en esas condiciones creando las necesarias o también como ejercicio tiránico: dictar y obedecer. Son todos matices, puestas en escenas de la existencia. A lo que voy es a la experiencia de poder dar, poder hacer, poder ser. Tener la posibilidad de hacerse un lugar en atención a los cuidados propios, a sus deseos, a sus necesidades, incluso a su valía. En terapia, la hora que paciente y terapeuta dedican para trabajar sobre un tratamiento de orden psíquico ¿No sería acaso un ejemplo de ese gesto? Del llamado, de la intención de poder consigo mismo. Sería acaso una práctica en la que el paciente persevera para construir un espacio donde pueda encontrarse, hacer valer sus deseos, revisar sus alternativas, conocer cómo hacer para poder consigo, explorar y comprender el sentido de sus actos y sus angustias. Es posible que sí. PH de Muhammad Immam Hassan vía Little Box Collective
